lunes, 19 de julio de 2010

Un caso sin resolver


Juana Fernández del Castillo aparece asesinada en su casa en la Matanza de Acentejo, El móvil del crimen fue las herencias, y muchas personas fueron inculpadas y puestas en libertad, incluida/s su/s asesinos. Juana Fernández del Castillo vivía con su hermana Petra y una sirvienta llamada Mercedes; Juana era la administradora de la herencia familiar y esto al parecer ocasionaba bastantes discusiones entre los hermanos, pues también tenía un hermano llamado Antonio, y según comentan las personas que los conocían, Juana era comparada con sus hermanos la más educada y religiosa.
RELATO: La señora Petra Fernández del Castillo se puso a cenar en compañía de su hermana Juana, y como quiere que la declarante tenía prisa para ir a la novena, terminó de comer primero que su hermana, salió inmediatamente siendo las ocho menos cuarto, con la sirvienta Mercedes y fueron a la Iglesia; Cuando salieron a la novena, quedó su hermana Juana cenando, las puertas de la calle cerrada, abierta la portada de hierro que comunica con la huerta y no se sabe si la puerta que da al patio quedó abierta o cerrada. A las 9 y 20 minutos regreso de la iglesia y entrando en la casa en compañía de Mercedes, se dirigieron a la galería y examinando a la referida Juana Fernández comprobaron que la misma era cadáver y que la muerte databa de una hora anterior, pues aun el cuerpo tenía calor. Hubiese sido un crimen casi perfecto, el médico al examinarla pensó que había sido una embolia, ya que soltaba sangre por la boca, D. Jesús Amaro Diaz párroco le dio la extremaunción, pero al ir a cambiarle el traje se dieron cuenta que a Juana la habían apuñalado, entonces es cuando se avisa a la guardia civil. El primer sospechoso fue un señor que vivía enfrente de la casa apodado el “Cambado” que se llamaba Valentín, pero este hombre se encontraba cumpliendo condena en Sevilla. Entonces empezaron a culpar al medianero llamado Andrés, pues el había estado discutiendo con Juana esa misma tarde sobre algo de la vendimia, y lo peor no era solo eso, sino que hubieron personas que se prestaron a acusarle como testigos. Antonio Fernández del Castillo, Petra Fernández del Castillo, Mercedes (la criada), Andrés (el medianero) fueron inculpados por el asesinato de Juana Fernández del Castillo ingresando en prisión el día 11 de octubre de 1945. Llegado el día del juicio, el letrado defensor del caso, pidió el cuchillo como prueba que no apareció y dijo que el simple hecho de haber pruebas de discusión no era motivo para el encarcelamiento, luego llamo al párroco D. Jesús Amaro Diaz el cual dijo lo siguiente: “Como ustedes saben el sigilo sacramental me impide revelar el secreto de confesión, por lo que mi aportación en este caso es mas bien escasa, conozco a esta familia de toda la vida, y no considero que sus desavenencias constituyan un motivo tan grave como quitarle la vida a su hermana Juana” Se revoca el auto de procesamiento dictado por el instructor del caso y por consecuencia son puestos en libertad Antonio, Petra Fernández del Castillo, Mercedes y Andrés. Según se comenta unos años después se sabía que Mercedes era como la dueña de la casa y Petra la hermana de Juana era su criada.

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